La
Perdida

La Perdida se llama así porque es una viña difícil de encontrar en un laberinto de caminos y veredas que desembocan en una yasa, que es como en esta zona de Rioja Oriental se evoca el recuerdo del lecho de un río que solo entiende de agua en las tormentas inesperadas en las raras ocasiones en las que se desborda la madre. La yasa es una cicatriz en el terreno, un barranco con dos orillas de tierra y limos. En ese perfil se asoma La Perdida, una viña evocadora y emocionante.

Llegar a La Perdida supone una pequeña aventura y aparece tranquila, como dormida en soledad, cuando creemos que nos hemos equivocado de sendero. Estamos ante una finquita escueta, estrecha, de apenas dos hectáreas dividida en sendas terrazas con una asombrosa pendiente de quince metros desde su zona más baja hasta la cabecera del terruño. Garnachas bajitas, viejas, silenciosas y en apariencia inconmovibles. Garnachas uncidas a sus raíces profundas desde hace décadas lo que las convierten en verdaderas esculturas aferradas al terreno y con afán de eternidad.

Garnachas bajitas,
viejas,
silenciosas

En el paso de una antigua Cañada Real que unía Soria con Quel, se encuentra el viñedo La Perdida, una pequeña parcela de 0,67 hectáreas situada a 620 metros de altitud. Este viñedo, plantado en 1993, está cultivado con garnacha y se caracteriza por su conducción en vaso, una técnica tradicional que permite que las cepas se desarrollen de forma natural y armónica.

El suelo de La Perdida es pobre y pedregoso, compuesto principalmente por arenas y guijarros, con algunas capas de arcilla en profundidad. Esta composición obliga a las raíces a profundizar en busca de nutrientes y agua, lo que contribuye a la concentración y expresión de la fruta. La viticultura en esta parcela se practica en secano, sin riego suplementario, lo que refuerza la identidad del vino y su vínculo con el entorno.

La ubicación del viñedo, expuesta al solano, le otorga una exposición solar intensa y una amplitud térmica notable entre el día y la noche. Estos contrastes de temperatura favorecen la conservación de la acidez natural de la uva y potencian la expresión aromática de la garnacha.

La Perdida es un viñedo que se expresa con elegancia y sutileza, ofreciendo vinos de gran frescura y fineza, con taninos aterciopelados y una acidez equilibrada que les confiere longevidad. Es un ejemplo de la viticultura tradicional de la Rioja Oriental, que busca la máxima expresión del terroir mediante prácticas respetuosas con el medio ambiente y de mínima intervención.

Quel

Inasequible
exposición
al solano

Su ubicación, en el paso de una vieja Cañada Real que unía Soria con Quel, le otorga un carácter histórico que refuerza una tradición de viticultura profunda que se subraya con su conducción en vaso de largas hileras, de inasequible exposición al solano y con increíbles contrastes de temperatura entre el día y la noche.

Datos técnicos

Paraje Viñedo La Perdida
Altitud 620 m.
Variedad Garnacha
Superficie 0,67 Ha.
Conducción Vaso
Año de plantación 1993
Marco de plantación 2.90 x 1.10 m.
_viñedo_de_quel
Sacacorchos

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2019

Alegoría de Quel

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