La
Bartola
La viña La Bartola se alza sobre un leve alcor frente a La Perdida, marcada por dos hitos que la hacen única: uno de los extremos de la yasa de La Perdida y un viejo guardaviñas, que lleva impresas las huellas de corzos y jabalíes, testigos silenciosos de la vida que despierta al amanecer y se despide al ponerse el sol, momentos de belleza intensa y fugaz.
Para llegar a La Bartola hay que recorrer un camino sinuoso, entre campos salpicados de cañizales, almendros, cerezos y olivos, un mosaico de biodiversidad que imprime a este territorio una expresividad única en la viticultura de Rioja Oriental.
Las cepas son viejas, orgullosas, enhiestas y poderosas. Su suelo, árido y arenoso, con pocas piedras y antiguas losas de arcilla que se resquebrajan al trabajarlo, exige paciencia y respeto. Es aquí donde las garnachas clásicas de viñedos viejos encuentran su fuerza: uvas sanas, concentradas, llenas de color y aroma, capaces de expresar con intensidad el carácter del terruño.
La Bartola es un viñedo donde la vida salvaje convive con la vid: corzos y jabalíes recorren sus bordes al amanecer o al atardecer, alimentándose de brotes o frutos según la estación. Cada racimo refleja esa armonía entre naturaleza y viticultura, la paciencia de la vid y la generosidad de la tierra. Sus garnachas son valientes, elegantes y finas: capaces de ofrecer color, aroma y una textura que revela, sin artificio, la fuerza y la belleza de La Bartola.
El suelo de La Bartola
es árido, arenoso
y con poca piedra
En el corazón de la Rioja Oriental, a más de 600 metros de altitud, se encuentra el viñedo La Bartola, una finca de 1,5 hectáreas situada en las faldas de la Sierra de Yerga, en el entorno de Quel. Este viñedo alberga cepas de garnacha y tempranillo plantadas en 1993, cultivadas en vaso y en secano, sin riego suplementario, siguiendo los principios de la viticultura tradicional y sostenible.
El suelo de La Bartola es pobre y arenoso, con escasa presencia de piedras, lo que obliga a las cepas a profundizar en busca de nutrientes y agua, favoreciendo una maduración lenta y uniforme de la uva. La exposición al solano y la amplitud térmica entre el día y la noche contribuyen a la conservación de la acidez natural de la fruta y a la expresión aromática de la garnacha.
La Bartola es un viñedo que se expresa con elegancia y sutileza, ofreciendo vinos de gran frescura y fineza, con taninos aterciopelados y una acidez equilibrada que les confiere longevidad. Es un ejemplo de la viticultura tradicional de la Rioja Oriental, que busca la máxima expresión del terroir mediante prácticas respetuosas con el medio ambiente y de mínima intervención.
Quel
Cepas orgullosas
y amorgonadas
Datos técnicos
23.8% Limos, 61.2% Arena, 15% Arcilla
Mi Lugar
2019
Alegoría de Quel
otros
viñedos
Queirón

///viñedo singular ///garnacha
El Arca
Un terruño de tres siglos

///viñedo de Quel ///tempranillo
La Pasada
Un viñedo entre tres climas

///viñedo de Quel ///graciano
El Pozo
La expresión del graciano

///viñedo de Quel ///garnacha
El Poeta
Garnachas en un suelo austero

///viñedo de Quel ///garnacha
La Perdida
Bajitas, viejas, silenciosas

///viñedo de Quel ///tempranillo
Los Palos de Tanis
Verticalidad y elegancia

///viñedo de Quel ///tempranillo
Hoyo Judío
La viticultura de un alquimista